La Selección de Scaloni tuvo una actuación magistral en La Paz y se impuso con mucha autoridad para cosechar su segunda victoria en estas Eliminatorias.
La Selección ya había ganado otras veces en la historia en La Paz. De hecho, esta es la quinta victoria en los 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar, en esa coqueta cuidad donde sobra el cariño pero no el aire para los que llegan del llano. Pero nunca, nunca, la Argentina bailó a Bolivia en su tierra. Y la Scaloneta mostró tanto la chapa de campeón del mundo, que coleccionó otro hito. No hay título por estos tres puntos, pero sí todos podrán colgarse una cucarda de que estuvieron en la mejor actuación de la Argentina en un reducto tan complejo.
«Se juega donde se vive», reza el cartel en el Hernando Siles. Una declaración de principios que marca el lugar en el fútbol de Bolivia. Y en ese sitio donde cuesta respirar, en el que deportistas de alto rendimiento la pasan mal (como Dibu en la entrada en calor), Argentina mostró cómo se puede jugar muy bien en el cielo como en la tierra. Porque después de cinco minutos de acomodarse, manejó el partido de principio a fin.
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