21 Jun 2025, Sáb

Dengue en la Temporada Estival: Prevención y Medidas de Protección en la Comunidad

Durante la última temporada estival, el dengue se convirtió en una de las principales preocupaciones de la ciudadanía en todo el país debido al incremento significativo de casos, resultado de la proliferación del mosquito Aedes aegypti, el principal transmisor de esta enfermedad viral. La situación despertó la alarma de las autoridades sanitarias y, según los especialistas, la prevención se posiciona como la herramienta más eficaz para combatir el dengue.

Ante el escenario epidemiológico, el Ejecutivo provincial tomó la iniciativa de conformar una mesa de trabajo junto a los intendentes de los municipios, con el objetivo de establecer medidas preventivas ante la presencia del dengue, una enfermedad que, al ser endémica, requiere de una planificación estratégica para actuar de manera oportuna y organizada. La primera etapa de esta estrategia se centra en la concientización de la población, para lo cual los municipios tienen un rol fundamental en educar a los vecinos sobre la importancia de adoptar medidas preventivas para evitar la reproducción del mosquito vector.

El dengue es una enfermedad viral transmitida exclusivamente por la picadura del mosquito Aedes aegypti. Por lo tanto, si se elimina el mosquito, se elimina la posibilidad de transmisión. Este mosquito se distingue por su color gris con rayas blancas en el dorso y las patas. Su presencia es eminentemente domiciliaria, es decir, vive y se reproduce en el interior de las viviendas y en sus alrededores, especialmente en recipientes artificiales que acumulen agua.

Contrario a la creencia popular, la fumigación no es una medida preventiva efectiva contra el dengue, ya que solo elimina mosquitos adultos y no afecta a las larvas o huevos. En consecuencia, las acciones deben concentrarse en evitar que el mosquito encuentre lugares propicios para reproducirse, lo que se logra principalmente mediante la eliminación de recipientes que puedan acumular agua y la limpieza regular de espacios que puedan servir como criaderos.

Para prevenir la reproducción del Aedes aegypti, es crucial implementar las siguientes acciones de manera constante:

  • Descacharrar: Eliminar todos los recipientes en desuso que puedan acumular agua, como latas, botellas y neumáticos.
  • Mantenimiento de agua limpia: Cambiar el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia cada tres días, y frotar las paredes de los recipientes con una esponja o cepillo para eliminar los huevos del mosquito.
  • Evitar el estancamiento de agua: Dar vuelta los objetos que estén en el exterior y puedan acumular agua, limpiar y cepillar canaletas y desagües de lluvia, y tapar los tanques y recipientes que se usen para recolectar agua.
  • Uso de arena húmeda en floreros: Rellenar los floreros y porta macetas con arena húmeda para evitar que acumulen agua.
  • Medidas de desinfección: Verter agua hirviendo o lavandina en las rejillas y desagües para eliminar posibles larvas.

Existen cuatro serotipos del virus del dengue (1, 2, 3 y 4). Una vez que una persona se infecta con un serotipo, desarrolla inmunidad de por vida contra ese serotipo en particular, pero puede infectarse con los otros tres. El dengue no se transmite de persona a persona ni a través de objetos, aunque una mujer embarazada infectada puede transmitir el virus al feto durante el embarazo o el parto.

Los síntomas del dengue suelen aparecer unos días después de la infección y pueden incluir fiebre alta, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, cansancio intenso, y en algunos casos, manchas en la piel y sangrado de encías o nariz. La presencia de estos síntomas, especialmente cuando no están acompañados de síntomas respiratorios como los que provoca la gripe común, puede ser indicativa de dengue.

Aunque la mayoría de los casos de dengue son leves, cerca de uno de cada veinte pacientes puede desarrollar dengue grave, una forma potencialmente mortal que se manifiesta con signos como dolor abdominal intenso, vómitos frecuentes, sangrado, y mareos o desmayos. Ante la aparición de estos síntomas, es crucial acudir inmediatamente a un centro de salud para recibir el tratamiento adecuado.

En caso de sospecha de dengue, es fundamental evitar la automedicación y no tomar aspirinas o ibuprofeno, ya que estos medicamentos pueden agravar los síntomas de sangrado. El tratamiento principal incluye el reposo, una adecuada hidratación y el uso de paracetamol para controlar la fiebre. Además, es esencial seguir utilizando repelentes y otras medidas para evitar nuevas picaduras y la propagación del virus.

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