En una reciente conferencia de prensa en la Casa Rosada, el vocero presidencial Manuel Adorni realizó declaraciones polémicas sobre la desigualdad en Argentina, al asegurar que «no es un tema que preocuparse». En su intervención, el funcionario intentó diferenciar la desigualdad de la pobreza, enfatizando que esta última es el verdadero foco de atención del Gobierno.
Adorni argumentó que «la desigualdad no es un tema que se preocupe porque esa desigualdad dada en el plano de un país rico, donde sus habitantes tengan una buena calidad de vida, no importa». Para él, la cuestión central es cómo sacar a la población de la pobreza. Esta afirmación ha desatado críticas y reacciones en diversos sectores de la sociedad, que consideran la desigualdad como un fenómeno interrelacionado con la pobreza y el bienestar general.
Para ilustrar su punto de vista, el vocero comparó sus ingresos con los del empresario Elon Musk, reconociendo que su patrimonio no es comparable con el del magnate, pero enfatizando que puede cubrir sus necesidades básicas y mantener un buen nivel de vida. «Ahí no importa la desigualdad», afirmó, al tiempo que planteó la cuestión de si podría cuestionar la riqueza de Musk: “La verdad que no, porque hizo cosas que yo no, y es razonable que la desigualdad tienda al infinito. Musk va a ser cada vez más rico y yo aparentemente voy a seguir más o menos igual”, explicó.
Adorni también trajo una colación el ejemplo de Cuba, señalando que en la isla «hay gente toda más o menos parecida. No hay desigualdad y son todos pobres». En este contexto, expresó su preferencia por vivir en una sociedad donde existen desigualdades, en lugar de una en la que todos sean pobres.
Enfocado en la narrativa gubernamental, Adorni insistió en que «la desigualdad es un tema que no debe preocuparse», y que el verdadero desafío es abordar la pobreza. “Es lo que uno tiene que apuntar a solucionar, el que existen pobres, y esa es la batalla que estamos dando promoviendo un país normal”, reiteró.
La conferencia también tocó el tema del incremento patrimonial de las empresas alimentarias, que ha sido percibido como un factor que agrava el poder adquisitivo de los trabajadores. Ante esta pregunta, Adorni defendió la idea de que “no tiene nada que ver la utilidad empresarial con la pobreza”. Según él, es fundamental que las empresas generen ganancias para poder invertir, crear empleo y mejorar salarios. «Sería un país inviable tener empresas que no ganen dinero porque estarían todas fundidas», concluyó, defendiendo la postura de que el crecimiento empresarial es esencial para el desarrollo económico.
Las declaraciones de Adorni han generado un intenso debate en la opinión pública y en las redes sociales, con muchas voces críticas que consideran que su visión minimiza la gravedad de la desigualdad en un país donde la brecha entre ricos y pobres sigue siendo un tema candente. La discusión se enmarca en un contexto económico difícil para muchos argentinos, donde el costo de vida y la inflación continúan afectando la calidad de vida de una gran parte de la población.
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