Por Malena Acosta 
Los fines de semana largos de junio mostraron un cambio en el turismo interno argentino. Menos viajes, estadías más cortas y un gasto más austero reflejan la nueva realidad del consumo en tiempos de ajuste.
Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), entre los feriados del 17 y el 20 de junio se movilizaron 2.162.750 personas por todo el país. En conjunto, gastaron $412.372 millones, lo que representa una caída del 27,9% en términos reales respecto al mismo período de 2024.
Además, la cantidad de viajeros cayó un 16,6% interanual, y la estadía promedio descendió de 2,9 noches en 2023 a 2,2 en 2025. El gasto diario por persona fue de $82.900, incluyendo todos los rubros.
“El turista argentino hoy es más racional, gasta menos y viaja más cerca”, apuntaron desde CAME.
El nuevo perfil del viajero argentino
El informe revela un turismo de cercanía en alza, con escapadas de pocos días, destinos accesibles en auto o colectivo, y menos consumo en rubros opcionales como excursiones o gastronomía gourmet.
Entre las razones de este fenómeno se destacan:
El contexto económico: salarios planchados e ingresos que no alcanzan.
El fin del “changuito lleno”: con inflación más controlada, ya no se compra por anticipado.
La vigencia de los feriados como estímulo, pero con menor impacto económico real.
Algunas postales del país
Salta tuvo picos de ocupación con el homenaje a Güemes.
Rosario se destacó por los festejos del Día de la Bandera.
Bariloche y el sur mostraron tímido movimiento, limitado por los altos costos de traslado.
Comparativas clave
| Año | Personas movilizadas | Duración promedio | Gasto real (ajustado) |
|---|---|---|---|
| 2022 | 2.592.000 | 3,0 noches | Más alto |
| 2023 | 2.247.966 | 2,9 noches | Medio |
| 2025 | 2.162.750 | 2,2 noches | Más bajo |
Qué dice el sector
“La gente sigue viajando, aunque lo haga menos y gaste menos. Eso habla de la importancia cultural y social del descanso, incluso en contextos difíciles”, sostienen desde CAME.
Con la mirada puesta en las vacaciones de invierno y el segundo semestre, el sector turístico busca adaptarse: propuestas más flexibles, precios cuidados y un enfoque regional aparecen como claves para sostener la actividad.
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