
Fue elegido en el tercer día del cónclave. El nuevo pontífice, cercano al pensamiento de Francisco, llamó a la unidad, la paz y la inclusión.
Este jueves 8 de mayo de 2025, el mundo católico vivió un momento histórico con la elección del nuevo Papa. Tras la tradicional fumata blanca y el anuncio oficial desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost fue proclamado nuevo sumo pontífice de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV.
Prevost, nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, es miembro de la orden de San Agustín y pasó gran parte de su vida en Perú, país donde se nacionalizó y se destacó como obispo en la diócesis de Chiclayo. Su figura se caracteriza por una firme postura en favor del diálogo, la inclusión y la justicia social, marcando una clara continuidad con el legado del papa Francisco.
En su primer mensaje desde el balcón papal, León XIV emocionó a los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro con palabras de cercanía y esperanza:
“Dios nos ama a todos incondicionalmente. El mar no prevalecerá”.
También recordó con afecto a su antecesor, diciendo:
“Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del papa Francisco. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición”.
El nuevo pontífice fue elegido en la tercera votación del cónclave, y agradeció a los cardenales que depositaron su confianza en él. Durante su mensaje, llamó a “caminar juntos como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia y trabajando como hombres y mujeres fieles, sin miedo para proclamar el Evangelio y ser misioneros”.
León XIV destacó su intención de liderar una Iglesia misionera, que construya puentes y esté abierta al encuentro:
“Una Iglesia siempre abierta, dispuesta a recibir con los brazos abiertos a todos”.
Considerado un crítico de las políticas de exclusión promovidas por Donald Trump, León XIV ya ha generado expectativa mundial por sus posiciones progresistas respecto al rol de la mujer, la comunidad LGTBIQ+ y la perspectiva de género dentro de la Iglesia. En línea con Francisco, se espera que su pontificado impulse nuevas reformas y se centre en la defensa de los más vulnerables.
El agustino también instó a la unidad global en un llamado a la paz:
“Unámonos sin miedo. Ayudémonos unos a otros. Caminemos todos juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado”.
Finalmente, impartió su primera bendición apostólica como Papa ante un público conmovido que lo ovacionó entre lágrimas, oraciones y esperanza renovada.
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