En un nuevo capítulo de la tumultuosa gestión del Gobierno libertario en Argentina, el presidente Javier Milei ha tomado la drástica decisión de despedir a la canciller Diana Mondino. La noticia fue confirmada por Rosario Ayerdi en una entrevista en C5N, donde reveló las controversiales razones detrás de esta decisión que ha dejado a muchos sorprendidos.
La ruptura entre Milei y Mondino se origina en la reciente votación de la Argentina en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde Mondino respaldó la eliminación del embargo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba. Este apoyo contrasta con la postura del presidente, quien ha manifestado en repetidas ocasiones su cercanía hacia el país norteamericano y su desaprobación de cualquier medida que favorezca al régimen cubano. La decisión de la canciller de alinearse con la histórica posición de Argentina en favor de Cuba, en lugar de adherir a la política pro estadounidense, desató la ira del mandatario.
En el contexto de la votación en la ONU, la Argentina, al igual que en ocasiones anteriores, se unió a otros 186 países para rechazar el embargo. Esta acción sorprendió a muchos observadores, ya que, bajo el nuevo gobierno libertario, se esperaba que el país adoptara una postura más favorable hacia Estados Unidos. Sin embargo, la decisión de Mondino de mantener el apoyo a Cuba fue suficiente para provocar su salida del gabinete.
El texto que fue presentado por Cuba en la ONU enfatiza la «igualdad soberana de los Estados» y aboga por la «no intervención» en los asuntos internos de otros países, además de solicitar la derogación de leyes que contravengan estas normas internacionales. La votación de Mondino en favor de esta resolución fue vista como una traición a la nueva dirección política del gobierno de Milei, lo que llevó a su eventual destitución.
La destitución de Mondino no solo pone de relieve las tensiones dentro del gobierno, sino que también plantea interrogantes sobre la futura política exterior de Argentina. Milei ha manifestado su deseo de estrechar lazos con Estados Unidos, pero ahora se enfrenta a un dilema interno: cómo equilibrar su ideología libertaria con las realidades diplomáticas y la historia de su país.
Mientras tanto, la comunidad internacional y los analistas políticos estarán atentos a las próximas decisiones de Milei y a quién elegirá para reemplazar a Mondino en un momento crucial para la política exterior argentina. La crisis generada por esta separación refleja las complejidades y contradicciones de un gobierno que, a pesar de su retórica libertaria, se enfrenta a la realidad de un mundo interconectado donde las decisiones diplomáticas pueden tener profundas repercusiones internas y externas.
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