En medio de un contexto socioeconómico desafiante, el Programa Alimentario Nutricional Escolar (PANE) se ha consolidado como una de las políticas más destacadas para asegurar la adecuada alimentación de millas de niños y adolescentes en las escuelas públicas de la región. Este jueves, en una conferencia de prensa, Celeste Aparicio, directora de Comunidad Educativa, brindó detalles sobre el alcance y logros de esta iniciativa que ya beneficia a estudiantes de más de 260 escuelas en 107 localidades y parajes, a compartir así el cien por ciento de la matrícula pública, que incluye instituciones autogestionadas, generativas, digitales y convencionales.
A través del PANE, cada día 111 mil alumnos pueden acceder a un desayuno en sus escuelas, mientras que 55 mil, que representan el 50% de la matrícula, cuentan con almuerzos garantizados. Esta política no solo busca proporcionar alimentos, sino que tiene como objetivo mejorar el rendimiento académico y el desarrollo físico de los estudiantes al ofrecer comidas equilibradas y ricas en nutrientes. Según explicó Aparicio, la política de alimentación continuará vigente hasta el 13 de diciembre de este año y ya está incluida en el presupuesto 2025, lo que garantiza su continuidad en el próximo ciclo lectivo.
En sus comienzos, el programa alcanzaba a 18 mil estudiantes de jornada extendida; hoy, sin embargo, el número de beneficiarios de almuerzos ha superado los 55 mil, gracias a una expansión que también ha impactado en la economía local. Aparicio destacó que el PANE ha generado una reactivación en proveedores locales que ahora forman parte activa de la logística y distribución de alimentos, facilitando su inversión y compromiso en cada comunidad.
Actualmente, más del 70% de las escuelas reciben los alimentos mediante proveedores directos. En otros casos, son las cooperativas escolares las que gestionan el proceso de compra con fondos subsidiados, asegurando así la rendición de cuentas. En las escuelas rurales, el esquema permite que los alimentos se entreguen directamente a las instituciones, donde se preparan los platos de forma interna. Esta estructura cuenta ya con 87 proveedores activos, y hay 110 más inscriptos, listos para ser incorporados según la demanda.
Para el tercer trimestre, el programa incorpora un menú renovado con mayor cantidad de frutas, verduras y yogur, diseñado por el equipo de nutricionistas del Ministerio de Salud, quienes han logrado una buena aceptación por parte de los estudiantes. En los desayunos, los niños suelen consumir una infusión, pan con queso o algún budín con frutas y un lácteo, como yogur, además de un día específico de fruta fresca. En cuanto a los almuerzos, el menú incluye opciones como arroz primavera, milanesa de pollo con puré, tarta de verduras y pizzetas, estas últimas ofrecidas una vez al mes o en salidas educativas. La intención es que cada estudiante consuma fruta al menos tres veces a la semana, lo cual ha sido posible gracias al compromiso de nutricionistas y proveedores.
Frente a recientes casos de síndrome urémico hemolítico en niños, el PANE ha intensificado sus controles de calidad para asegurar que los alimentos distribuidos en las escuelas cumplan con estrictas normas de higiene y cocción. Aparicio confirmó que, aunque no se ha detectado origen escolar en los casos reportados, se han adoptado medidas preventivas en conjunto con los proveedores, a quienes se les ha registrado la importancia de cumplir con el menú y evitar alimentos prohibidos como la carne molida, cuyo uso fue detectado en una escuela de La Punta. «Hemos fiscalizado este caso y actuaremos con las sanciones necesarias para evitar futuros incumplimientos», aseguró la funcionaria.
Además de la presencia constante del equipo del PANE en diversas localidades, como Ayacucho, Villa Mercedes, La Punta y la ciudad de San Luis, el programa recibe apoyo de las municipalidades locales para fortalecer los controles bromatológicos y reforzar las medidas de seguridad alimentaria. Aparicio subrayó que esta red de colaboración es clave para garantizar que cada niño reciba alimentos sanos y de calidad.
A medida que el PANE continúa su desarrollo y adaptación, los objetivos de una alimentación equilibrada y accesible para los estudiantes de la región se consolidan, gracias a la integración de esfuerzos entre autoridades educativas, proveedores locales, nutricionistas y personal de cada institución. La política, que ya ha mostrado resultados significativos, promete mantenerse y expandirse en los años siguientes, brindando a la niñez y adolescencia escolar una herramienta fundamental para enfrentar desafíos educativos y sociales.
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