
El Gobierno provincial adquirió 100 lanzadoras Bersa Byrna para la Policía de San Luis. Este martes se realizó una capacitación para cadetes, efectivos y agentes penitenciarios sobre su uso y operatividad.
La Policía de San Luis ha dado un paso más en la modernización de su equipamiento con la incorporación de 100 armas no letales, un refuerzo destinado a mejorar la seguridad y la respuesta en situaciones críticas. Este martes, el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) “Juan Pascual Pringles” fue sede de una jornada de formación dirigida a cadetes, efectivos y agentes penitenciarios.
El gobernador Claudio Poggi había firmado la semana pasada el decreto que autoriza la compra de 90 lanzadoras de puño y 10 largas, con una inversión de $137 millones. Estas herramientas están diseñadas para brindar una alternativa menos letal en situaciones de riesgo y reforzar el trabajo de las fuerzas de seguridad en la prevención del delito.
Capacitación y aplicación en el terreno
La ministra de Seguridad, Nancy Sosa, destacó la importancia de estas armas como una primera línea de acción antes del uso de armamento letal. «Es fundamental sumar este equipamiento para el tratamiento de situaciones de riesgo, siempre priorizando la seguridad del personal y de terceros», explicó. Además, adelantó que, tras las capacitaciones, los cadetes comenzarán a utilizarlas en sus prácticas profesionalizantes.
La ministra también señaló que este es solo el inicio de la incorporación de armas no letales en la provincia, y que en el futuro podría ampliarse su distribución a otros efectivos en funciones.
Funcionamiento y características del armamento
Durante la capacitación, los asistentes recibieron instrucción teórica sobre la normativa vigente en el uso de la fuerza, así como entrenamiento práctico en la manipulación de las lanzadoras Bersa Byrna.
El gerente comercial de la empresa proveedora, Gustavo Martín, explicó que el modelo de arma corta funciona con CO2, cuenta con una capacidad de cinco municiones y tiene un alcance de 20 metros. “Estas armas no perforan la piel, sino que generan un impacto que permite neutralizar al agresor sin riesgo letal”, señaló.
Las armas largas, en cambio, utilizan aire comprimido y pueden alojar hasta 200 municiones. Entre las variantes de proyectiles, se incluyen balas de polipropileno reutilizables y municiones con carga de elementos químicos, como pimienta, que provocan efectos de ceguera temporal, náuseas y vómitos, facilitando la reducción del agresor.
Un recurso para distintas intervenciones
Martín enfatizó que estas lanzadoras no reemplazan el arma de fuego, sino que constituyen una herramienta adicional para la actuación policial en escenarios de riesgo. «En situaciones como manifestaciones, disturbios en estadios o incluso toma de rehenes, este tipo de armamento permite a los agentes intervenir sin riesgo letal», explicó.
El uso de estas armas ya ha demostrado ser efectivo en otras provincias del país, lo que refuerza la decisión del Gobierno de San Luis de sumarse a esta tendencia en la modernización del equipamiento policial. Con estas nuevas herramientas, se busca fortalecer la seguridad y dotar a las fuerzas de recursos adecuados para actuar con eficiencia y resguardo en diversas circunstancias.
Redaccon Natalia Ciliento
Imagen ANSL
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