“La caída de la pobreza es menor a la informada por el Gobierno”.
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA advirtió que el descenso en el índice de pobreza, celebrado por el Gobierno, sería en realidad entre 4 y 5 puntos menor al publicado por el INDEC. Señalan cambios metodológicos y alertan por posibles distorsiones en los datos oficiales.
El Gobierno nacional celebró recientemente una baja del índice de pobreza al 31,7% en el primer trimestre de 2025, según datos del INDEC. Sin embargo, desde la Universidad Católica Argentina (UCA) salieron a relativizar el anuncio. El Observatorio de la Deuda Social señaló que la caída real sería entre 4 y 5 puntos menor a lo comunicado oficialmente.
El director del Observatorio, Agustín Salvia, explicó que si bien se reconoce una leve recuperación en los ingresos y una mejora en la situación económica, los datos del INDEC presentan inconsistencias. Según Salvia, esto se debe a una modificación en la metodología de medición aplicada desde el tercer trimestre de 2024, la cual no ha sido debidamente comunicada al público.
Una de las principales observaciones radica en la Canasta Básica Total. El INDEC no habría actualizado algunos ítems, lo que impacta directamente en el cálculo de la línea de pobreza. Esto, según la UCA, genera una subestimación del índice real.
“El INDEC debe informar si hubo un cambio metodológico. Las cifras actuales son raras y no coinciden con la evolución del consumo, los salarios ni el empleo”, sostuvo Salvia en declaraciones recogidas por Ámbito Financiero. También señaló que si se corrigiera nuevamente la metodología, el índice de pobreza podría subir al menos dos puntos más.
Desde la UCA apuntan que los indicadores oficiales no concuerdan con las bases estadísticas de otros relevamientos. En este sentido, advierten que las cifras del Instituto también podrían estar afectando la percepción sobre la inflación, cuyo IPC fue de apenas 1,5% en mayo.
Aunque Salvia destacó que “nadie puede estar en contra de que mejoren los indicadores”, advirtió sobre los efectos negativos que puede tener la falta de transparencia en las mediciones oficiales. “Una recuperación tan pronunciada no se explica con la realidad económica que enfrentan muchas familias”, sentenció.
Así, mientras el Gobierno sostiene una narrativa de mejora, desde la academia insisten en revisar las estadísticas con mayor rigurosidad. La pobreza sigue siendo uno de los desafíos más urgentes, y la credibilidad en los datos es clave para abordarla de manera eficaz.