Los cursos los dictan desde el año pasado. Son teóricos y prácticos, sobre conceptos de las energías renovables.
Miembros del Laboratorio de Tecnologías Apropiadas (LabTA) de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) capacitaron a más de 500 alumnas y alumnos de diferentes colegios secundarios. Los cursos los dictan desde el año pasado y son sobre conceptos de las energías renovables.
«Por lo general, comienzan con una parte virtual de ejercicios y trabajos prácticos, una metodología que nos quedó de la pandemia. Terminamos con una parte práctica, en la que los chicos hacen las conexiones con tableros fotovoltaicos, arman reguladores eólicos y otras plaquetas, según el curso», mencionó el doctor Guillermo Catuogno, quien dirige el laboratorio.
En las propuestas participaron unas diez escuelas de Villa Mercedes y de otras localidades. En la introducción les explican a las y los jóvenes la importancia de tomar conciencia sobre el cambio climático y sobre desarrollo sostenible, y deben proponer ideas propias orientadas a consumir menos energía y generar menor contaminación ambiental.
«Buscamos enseñarles nuevas tecnologías y despertarles vocaciones por la ingeniería. Si bien en estas carreras sigue habiendo una mayoría de varones, notamos que en las escuelas técnicas esto ha cambiado y están casi a la par. Vemos que las chicas se desenvuelven muy bien, en algunos casos son más rápidas que los chicos en estos temas y está bueno incentivarlas a que sigan por este camino si les gusta», comentó el director.

Uno de los cambios que implementaron con éxito en la parte virtual de este año, con respecto a 2021, es que disminuyó la cantidad de encuentros, como también su duración. Decidieron concentrar el contenido para evitar que las alumnas y los alumnos pierdan el interés y el entusiasmo.
Con respecto a la fase práctica del último curso que brindaron, Catuogno indicó que les mostraron a los jóvenes cómo hacer una instalación fotovoltaica de baja potencia (sistema diseñado para producir energía eléctrica, por medio de la radiación solar). Lo hicieron utilizando tableros didácticos que el equipo armó especialmente para eso. Luego, los estudiantes tuvieron que hacerlo solos y probar que funcionara conectando una lámpara.
«Las escuelas fueron viniendo de a una. También viajamos a Concarán y nos visitaron algunos colegios de San Luis. Por ahí vienen con un poco de miedo a la facultad, pensando que es algo difícil o que les vamos a tomar un examen, pero una vez que se sueltan empiezan a preguntar y demostrar curiosidad», sostuvo el doctor.
La experiencia fue enriquecedora para los estudiantes de los colegios y para los alumnos avanzados de las carreras de ingeniería, ya que estos últimos fueron los encargados de explicarles cómo hacer las conexiones y armar los tableros.
Además, las chicas y chicos visitantes pudieron conocer el laboratorio y los diferentes proyectos que los profesionales llevan adelante, como el «Ojo de Halcón».
EDR
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