Por Agostina Acosta 
En una jornada llena de nerviosismo y enfrentamientos, el Senado aprobó la Ley de Bases con un desempate decisivo de la vicepresidenta Victoria Villarruel. La votación, que finalizó con 37 votos a favor y 36 en contra, marca un hito en el panorama político argentino, destacando las profundas divisiones dentro y fuera del Congreso.
El Senado aprobó la Ley de Bases en general este miércoles por la noche con 37 votos a favor y 36 en contra, gracias al desempate proporcionado por la vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado, Victoria Villarruel. La sesión, que comenzó a las 10 de la mañana y se extendió por más de 13 horas, estuvo marcada por un clima de alta tensión tanto dentro como fuera del recinto.
En el interior del hemiciclo, el nerviosismo era palpable debido al ajustado «poroteo» con el que el oficialismo enfrentó la votación. Mientras tanto, fuera del Congreso, serios enfrentamientos ocurrieron entre las fuerzas de seguridad federales y manifestantes de izquierda y sindicatos afines al kirchnerismo.
La composición del voto de rechazo contra la Ley de Bases fue liderada por el bloque Unidad Ciudadana, conducido por Juliana Di Tullio, y el Frente Nacional y Popular, liderado por José Mayans, conformando un interbloque de 33 senadores. A ellos se sumaron el bloque santacruceño y el radical Martín Lousteau. En contraste, La Libertad Avanza (LLA) logró consolidar 36 votos, incluyendo 12 del radicalismo, 6 del PRO, y varios de otros bloques minoritarios, culminando en el desempate de Villarruel.
Una de las grandes incógnitas era si Villarruel estaría presente para la votación, dado que el presidente Javier Milei tenía un viaje planeado a Italia para participar en la cumbre del G7. Finalmente, Villarruel estuvo presente, eliminando la posibilidad de que el presidente Provisional del Senado, Bartolomé Abdala, tuviera que votar doble.
Durante el debate, se realizaron varias modificaciones al dictamen de mayoría para ganar apoyo de legisladores dialoguistas. Se excluyeron de la ley compañías estatales como Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina, y se prohibió la disolución de organismos culturales. También se ajustaron aspectos del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y se mantuvo una moratoria para la jubilación, eliminando un mecanismo de prestación proporcional.
El debate cerró con discursos de jefes de bloque. Ezequiel Atauche de LLA destacó que el gobierno estaba cumpliendo promesas de campaña, mientras que el radical Eduardo Vischi pidió buena fe con el nuevo gobierno. Luis Juez del PRO criticó tanto al kirchnerismo como al Ejecutivo, y el kirchnerista José Mayans atacó duramente a Milei, argumentando que otorgar tanto poder al Ejecutivo violaría la Constitución.
Finalmente, la votación resultó en un empate 36 a 36, y Villarruel desempató a favor del oficialismo, permitiendo la aprobación en general de la Ley de Bases. Este resultado no solo marca un hito en la política argentina, sino que también resalta las profundas divisiones y el clima de confrontación que domina actualmente el escenario político del país.
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