Por Natalia Ciliento 
Nahir Galarza, condenada por el asesinato de Fernando Pastorizzo, ha presentado una denuncia contra el psicólogo Gabriel Cartañá, alegando que este difundió sin escrúpulos su diagnóstico psicológico a los medios de comunicación. Según Galarza, Cartañá habría violado la confidencialidad profesional al revelar detalles íntimos de su salud mental, lo cual fue calificado como una «traición y una falta de ética profesional».
El abogado de Galarza, José Ostolaza, señaló que esta acción del psicólogo no solo vulnera el secreto profesional, sino que también ha tenido un impacto negativo en el estado emocional de su defendida. «Difundir diagnósticos sin consentimiento es un acto que desprecia los derechos básicos de los pacientes», declaró Ostolaza.
Cartañá, quien ha tenido una destacada presencia en medios de comunicación, aún no ha emitido una respuesta oficial a estas acusaciones. Sin embargo, esta situación ha generado un intenso debate sobre la ética profesional y la protección de la privacidad en el ámbito de la salud mental.
El Colegio de Psicólogos de la provincia ya ha sido notificado sobre el incidente y se espera que inicie una investigación para determinar las posibles sanciones a Cartañá en caso de comprobarse la violación del código de ética. Mientras tanto, Galarza y su defensa continúan buscando justicia por lo que consideran un acto de exposición indebida y falta de humanidad por parte del profesional.
Este escándalo reaviva la discusión sobre los límites de la confidencialidad en la práctica psicológica y la responsabilidad de los profesionales de la salud en la protección de la información sensible de sus pacientes.
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