Por Agostina Acosta 
Estefanía, propietaria de una flamante bombonería cerca de la plaza Pringles, enfrenta la dura realidad del crimen tras un robo que ocurrió en su tienda apenas un día después de su apertura.
La indignación en el rostro de Estefanía era palpable incluso antes de que comenzara a relatar los hechos. Este miércoles por la tarde, la propietaria de la nueva chocolatería, inaugurada menos de 24 horas antes, vivió un robo que ha dejado una marca profunda en su entusiasmo y esfuerzo. Los delincuentes se llevaron productos de la góndola sin pagar, en un acto que ha dejado a la comunidad comercial del centro de la ciudad en estado de alarma.
El negocio, que demandó casi dos meses de arduo trabajo y una significativa inversión para su apertura, se especializa en productos importados, lo que lo convierte en un objetivo atractivo para los ladrones. “Es una inversión muy grande para que en menos de un día ya nos roben. Estamos muy preocupados todos los comerciantes del centro”, expresó Estefanía, quien también es propietaria de otro comercio sobre la vía Rivadavia, que también ha sido blanco de la delincuencia.
La frustración de Estefanía es evidente: “Ya no sabemos qué hacer. Tengo cámaras, alarmas, hemos hecho todas las denuncias, pero siguen pasando cosas”. La mujer también denunció un agravante en la situación: “Al final, parece que denunciar es peor, porque cuando salen vuelven a los locales a violentar a los empleados”. Este sentimiento de impotencia y desamparo es compartido por muchos en el área, quienes se sienten cada vez más inseguros ante la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades.
El robo a la chocolatería subraya una preocupación creciente entre los comerciantes del centro, quienes están llamando a la acción y exigiendo medidas más eficaces para enfrentar la ola de delincuencia que afecta a sus negocios y a la seguridad de la comunidad en general.
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