Por Agostina Acosta 
En un esfuerzo conjunto de los ministerios de Gobierno, Desarrollo Productivo y Seguridad, se inauguró el Taller de Huertas y Plantines en la Unidad N°1 del Servicio Penitenciario Provincial. Esta iniciativa representa un paso adelante en la construcción de un sistema de reinserción social que combina formación laboral y desarrollo personal, promoviendo el bienestar de quienes se encuentran privados de su libertad.
El proyecto, que cuenta con el apoyo del Instituto Provincial de Reinserción Social (IPReS), busca enseñar a los internos habilidades de horticultura y cuidado de plantines, capacitaciones que podrían convertirse en herramientas esenciales para su vida una vez finalizada su condena. Rafael Sáez, responsable del IPReS, subrayó la relevancia de esta actividad en el proceso de reinserción. “Este taller no solo les enseña una habilidad, sino que les ofrece una herramienta de vida y una oportunidad para construir un futuro en libertad. La huerta es un símbolo de paciencia, perseverancia y cuidado”, expresó.
Según Sáez, este taller forma parte de un programa de capacitación más amplio orientado a mejorar las condiciones de reinserción mediante el aprendizaje de técnicas de cultivo, manejo de suelos y cuidado de plantines. El enfoque está en que los internos puedan aplicar estos conocimientos tanto en su vida cotidiana como en posibles proyectos productivos una vez fuera del penal.
La huerta no solo representa un medio de autosuficiencia para los internos, sino que también actúa como un puente hacia un futuro laboral sostenible, alineado con prácticas productivas que podrían servirles en su vida fuera de la cárcel. Con esta iniciativa, las autoridades buscan brindar una nueva oportunidad a quienes deseen reinsertarse en la sociedad, ofreciendo un espacio de crecimiento personal y formación laboral que resulta fundamental para lograr una vida digna y productiva en libertad.
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