Estados Unidos bombardeó tres centrales nucleares en Irán en una operación coordinada con Israel. Teherán respondió con misiles. Trump habló de “momento histórico” y Guterres alertó sobre el riesgo de una escalada mundial.
En una ofensiva sin precedentes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó el bombardeo de tres instalaciones nucleares clave en Irán: Fordow, Natanz e Isfahán. La acción, coordinada con Israel, generó una respuesta inmediata del régimen iraní, que lanzó misiles sobre territorio israelí, dejando al menos 16 heridos, según reportes de Magen David Adom.
Trump aseguró que las plantas fueron “completamente destruidas” y calificó el operativo como un “momento histórico para el mundo libre”. El premier israelí Benjamin Netanyahu y el presidente Isaac Herzog celebraron la intervención como “un triunfo de la seguridad sobre el terror”.
Irán, por su parte, denunció el ataque como una violación del derecho internacional, aseguró que su actividad nuclear no se detendrá y prometió que habrá “consecuencias duraderas”.
Mientras tanto, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y las autoridades de Arabia Saudita afirmaron que no se detectaron niveles de radiación peligrosos en las zonas afectadas ni en países vecinos.
La ONU y varias potencias expresaron preocupación. El secretario general Antonio Guterres advirtió sobre el peligro de una escalada incontrolable y pidió retomar el camino de la diplomacia.
Israel cerró su espacio aéreo, activó el Comando del Frente Interno y suspendió actividades no esenciales. La situación se mantiene bajo máxima tensión, con una región al borde de un conflicto de proporciones globales.
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