La batalla legal y mediática entre Wanda Nara y Mauro Icardi continúa escalando, con las hijas de la pareja como principales víctimas colaterales. Un nuevo capítulo se escribió durante el fin de semana, cuando un intento de comunicación entre la mediática y sus hijas, Francesca e Isabella, desencadenó una acalorada discusión telefónica.
Según audios filtrados, Wanda intentó comunicarse con Francesca, quien se encontraba junto a su padre en Chile. La respuesta de Icardi fue contundente: «No, porque no quieren hablar con vos, así que ya se terminó el cuento». Sin embargo, la propia Francesca desmintió a su padre, expresando su deseo de hablar con su madre.
Este nuevo episodio pone de manifiesto la profunda grieta que existe entre la expareja, y las acusaciones cruzadas no se hacen esperar. Wanda asegura que Francesca le confesó sentirse triste y que la niñera Silvia habría influido en su estado de ánimo. Por su parte, Mauro atribuye la tristeza de su hija al cansancio tras un cumpleaños.
La conductora, quien ya había denunciado a Silvia por maltrato infantil, insiste en la necesidad de escuchar a sus hijas. «A los nenes hay que escucharlos», afirmó Nara, subrayando la importancia de conocer de primera mano el sentir de las menores.
La disputa entre Wanda Nara y Mauro Icardi va más allá de un simple conflicto familiar. Las acusaciones de violencia, los enfrentamientos legales por la tenencia de las niñas y los rumores de romances han convertido esta separación en una de las más mediáticas de los últimos tiempos.
Mientras la conductora disfruta de su relación con el cantante L-Gante, Icardi pasa las fiestas con sus hijas, compartiendo en redes sociales imágenes que muestran una aparente tranquilidad. Sin embargo, detrás de estas postales idílicas se esconde una realidad compleja, donde las niñas se ven obligadas a tomar partido en una disputa que las excede.
Este nuevo episodio plantea interrogantes sobre las prioridades de los padres involucrados. ¿Cuál es el verdadero bienestar de las niñas en medio de esta batalla? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los adultos para defender sus intereses?
La opinión pública se divide entre quienes apoyan a Wanda y quienes se muestran más comprensivos con la postura de Icardi. Lo cierto es que, mientras el conflicto continúa, son las hijas quienes pagan las consecuencias de una separación que parece no tener fin.
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