La primera etapa de la campaña se centra en el descacharrado, es decir, la recolección de objetos que acumulen agua y puedan convertirse en criaderos del mosquito transmisor del dengue. Edgar Ribba, director de Epidemiología y Bioestadística, señaló que esta es la primera fase de un plan integral que también incluye bloqueo de focos y fumigaciones localizadas en caso de aparición de casos positivos.
Ribba recordó que durante la temporada 2023-2024 se registraron 4.000 casos positivos y seis fallecimientos. Por eso, se planificó una fuerte campaña preventiva y de vacunación. En la temporada 2024-2025, gracias a la acción conjunta y al descacharrado, se confirmaron solo 67 casos sin muertes.
El director de Gestión Ambiental de Residuos, Aníbal Cattáneo, explicó que se retiraron 150 toneladas de neumáticos y 200 toneladas de residuos de cacharro, distintos a los residuos sólidos urbanos, en colaboración con municipios y plantas de tratamiento. “Cada cuenco o balde que se elimina es un criadero que desaparece. La prevención domiciliaria es clave porque el mosquito no vuela lejos”, aseguró.
La campaña contempla la limpieza de áreas semi rurales y rurales, corrales y gallineros, reforzando la lucha contra el dengue y complementando la prevención del Chagas. Este año, se busca replicar acciones con provincias vecinas, como La Rioja, para evitar la propagación por el intercambio de personas.
El cronograma de descacharrado será flexible: cada semana se trabajará en dos o tres municipios, ajustando las fechas según logística, disponibilidad de vehículos y capacidad operativa de los entes de residuos. La campaña se realizará durante octubre y noviembre, evitando los meses turísticos de diciembre y enero.
En caso de aparición de casos sospechosos, el Servicio de Control de Vectores realizará fumigaciones domiciliarias y peridomiciliarias en un radio de aproximadamente 80 a 100 metros, evitando aplicaciones masivas que afectan a la flora y fauna local. La fumigación será cíclica según corresponda, con intervalos de tres, cinco o siete días, para bloquear la propagación del virus de manera efectiva.
Las autoridades solicitan la colaboración de los vecinos y medios de comunicación para difundir la campaña y cumplir con la recolección de cacharros. La participación comunitaria es fundamental: cada objeto retirado reduce el riesgo de proliferación del mosquito Aedes aegypti y protege a toda la comunidad.
El inicio de la campaña de descacharrado para prevenir el dengue marca el comienzo de una temporada de prevención que busca consolidar los logros de años anteriores y mantener la provincia libre de brotes graves. La acción coordinada entre municipios, vecinos y autoridades sanitarias es la clave para minimizar riesgos y proteger la salud pública.