Por Redacción 
Cuatro detenidos, siete allanamientos y una estructura criminal jerarquizada que operaba a plena luz del día en Mina Clavero y Cura Brochero.
Una organización narco con base en el Valle de Traslasierra fue desmantelada tras un operativo certero de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA).
El grupo criminal operaba con estructura jerárquica y utilizaba a distribuidores conocidos como “perros” para realizar entregas en las márgenes del río Panaholma.
La investigación, dirigida por la Fiscalía de Lucha contra el Narcotráfico de Villa Dolores, concluyó con siete allanamientos simultáneos en Mina Clavero y Villa Cura Brochero.
Cuatro hombres, de entre 32 y 43 años, fueron detenidos.
La organización estaba vinculada a otra causa con detenidos previos.
Qué secuestraron
Durante los procedimientos, se incautaron:
Dosis de cocaína y marihuana
Una motocicleta utilizada para los “delivery”
Dinero en efectivo
Elementos vinculados al fraccionamiento y venta
“Perros” y zonas calientes
La FPA detalló que el líder del grupo proveía la droga a sus “perros”, quienes distribuían los estupefacientes en zonas ribereñas y espacios turísticos, aprovechando la alta circulación de personas.
Muchas entregas se realizaban en plena luz del día, cerca del río y sin levantar sospechas.
El río Panaholma, uno de los atractivos naturales más importantes de la región, fue escenario recurrente de las operaciones.
Causa unificada y cargos agravados
Este operativo se conecta con otro realizado el 28 de junio, donde fueron detenidos dos hombres de 28 y 42 años.
Con los nuevos arrestos, ya son seis los imputados en la misma causa judicial.
Todos enfrentan cargos por comercialización de estupefacientes agravada por la intervención de tres o más personas, en el marco de la Ley 23.737.
La acusación contempla penas elevadas, con prisión efectiva.
La estructura y su modus operandi
Según la fiscalía, la organización tenía:
Liderazgo definido
Roles operativos claramente asignados
Red de contactos para mover droga sin dejar huellas
Las entregas eran pactadas por WhatsApp y se realizaban sin transacciones visibles.
Se camuflaban entre turistas y vecinos.
Este nuevo golpe al narcomenudeo en Córdoba deja en evidencia cómo las bandas adaptan su logística a zonas turísticas, donde la vigilancia suele estar relajada.
Hector Acosta 
Natalia Ciliento