El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) publicó el nuevo relevamiento de precios que refleja cuánto necesitó una familia para no ser pobre en octubre.
Según el informe, una familia tipo —compuesta por dos adultos y dos menores— requirió $1.213.798,81 para superar el umbral de pobreza. El dato marca un aumento del 3,1% respecto de septiembre, superando incluso el índice de inflación mensual, que fue del 2,3%.
Este incremento impacta directamente sobre el poder adquisitivo de los hogares argentinos y evidencia que la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA) continúan en ascenso, reflejando la tensión persistente entre ingresos y costos de vida.
La CBA, que mide el valor mínimo para cubrir las necesidades alimentarias básicas, y la CBT, que incluye además servicios, transporte y otros bienes esenciales, acumulan aumentos de 21,1% y 18,5% respectivamente desde enero hasta octubre.
En comparación con octubre de 2024, la CBA registró una suba del 25,2%, mientras que la CBT aumentó 23%, según los datos difundidos por el organismo.
Estas variaciones anuales consolidan una tendencia inflacionaria que golpea de forma más severa a los sectores medios y bajos, donde el gasto en alimentos representa la mayor parte del presupuesto familiar.
Canastas por tipo de hogar
El informe del INDEC también detalla las cifras específicas según la composición del hogar:
-
Tres integrantes:
-
CBA: $433.330
-
CBT: $966.325
-
Total: $1.399.655
-
-
Cuatro integrantes (familia tipo):
-
CBA: $544.304
-
CBT: $1.213.799
-
Total: $1.758.103
-
-
Cinco integrantes:
-
CBA: $572.488
-
CBT: $1.276.649
-
Total: $1.849.137
-
Estas cifras no contemplan gastos extraordinarios como educación privada, alquiler o cobertura médica, lo que refleja que el costo real de vida puede ser aún más elevado para muchas familias.
Un aumento que supera la inflación
El incremento del 3,1% en ambas canastas durante octubre supera el nivel general de inflación, confirmando que los productos básicos continúan encareciéndose por encima del promedio.
Esto implica que los hogares deben destinar cada vez más ingresos solo para sostener el consumo esencial.
La tendencia preocupa especialmente porque los salarios formales y los ingresos de los trabajadores informales muestran una evolución más lenta que la inflación acumulada.
El dato, además, se publica en un contexto de recuperación lenta del poder de compra, donde los aumentos en servicios públicos, transporte y alimentos presionan sobre los sectores más vulnerables.

