Giro en el caso del motociclista degollado en Mar del Plata: la Justicia investiga un homicidio

Nuevas pruebas revelan que el cable habría sido colocado adrede por un grupo de menores. La causa ya no es un accidente.

Lo que parecía una tragedia absurda, hoy se transforma en una hipótesis de homicidio. La muerte de José Emilio Parrada, el motociclista degollado el lunes por la noche en Mar del Plata, dio un giro inesperado: la fiscalía ahora investiga si fue asesinado deliberadamente.

Parrada, de 40 años, padre de dos hijas, murió tras impactar con el cuello contra un cable tensado entre dos puntos de la calle, en la zona de Soler y Marcelo T. de Alvear. Su moto arrastró su cuerpo unos 10 metros hasta detenerse. El hecho ocurrió pasadas las 20 horas del lunes.

La clave del giro está en una cámara de seguridad. En las imágenes se observa a cinco chicos, aparentemente menores, que recogen un cable del suelo y lo atan intencionalmente. Ese mismo cable es el que le quitó la vida a Parrada.

La fiscal Florencia Salas ya cambió la carátula de la causa: pasó de «averiguación de causales de muerte» a «homicidio».

La Policía Científica recuperó el cable enredado en la moto de Parrada. Se trata de una línea de fibra óptica de unos 40 metros, del tipo usado para conexiones de internet. No fue arrastrado por el viento ni por una falla técnica. Estaba atado a propósito, según confirman pericias preliminares.

La fiscalía busca identificar a los cinco jóvenes que aparecen en el video. La primera línea investigativa evalúa si actuaron con la intención de robar o provocar daño. No se descarta que hayan actuado sin medir consecuencias, pero con una acción deliberada y peligrosa.

El Ministerio Público analiza también si el ataque fue al voleo o dirigido específicamente a Parrada, aunque por el momento no hay indicios de un conflicto previo.

El caso generó conmoción nacional. Familiares, vecinos y motociclistas locales reclamaron justicia y mayor seguridad urbana. El hecho reabre el debate sobre la responsabilidad penal de menores, la violencia callejera y la fragilidad del espacio público ante actos vandálicos extremos.

 

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