Hallaron sin vida a la jubilada de 80 años tras siete días de búsqueda ininterrumpida en la zona sur de Puerto Madryn. La confirmación llegó este sábado por la tarde cuando los equipos de emergencia localizaron el cuerpo en un sector descampado, afectado por los fuertes vientos registrados durante toda la semana. La noticia golpeó a la comunidad, que seguía el caso con preocupación desde que se activó el protocolo de búsqueda.
La identificación fue inmediata, ya que la familia había aportado datos personales y prendas de referencia que facilitaron el reconocimiento preliminar. La Policía Científica realizó las primeras pericias en el lugar y, según trascendió, no se detectaron indicios de criminalidad. Esta evaluación inicial orientó la hipótesis de los investigadores hacia un escenario vinculado a la desorientación en medio del temporal.
Las autoridades explicaron que el operativo de búsqueda comenzó cuando uno de los hijos de la mujer llegó a la vivienda y encontró todo en las mismas condiciones que el día anterior. Esta situación lo alarmó, porque la mujer tenía rutinas diarias y no solía ausentarse sin avisar. La denuncia activó la intervención inmediata de la Oficina de Búsqueda de Personas de Puerto Madryn, que desplegó rastrillajes por los alrededores y áreas vulnerables al viento.
Desde el primer día, la familia sostuvo que la mujer podría haberse desorientado debido a las intensas ráfagas que afectaron a la ciudad. Testigos cercanos reconocieron que ya se había extraviado antes, aunque en ocasiones anteriores fue encontrada rápidamente por vecinos que la conocían. Esta vez, el escenario fue distinto. El viento constante, la baja visibilidad y las condiciones del terreno dificultaron cada etapa del operativo.
Pablo Salinas, amigo cercano de la familia, describió el desconcierto que generó su ausencia. “Ella nunca se va muy lejos. Cuando sale, siempre alguien la ve y la ayuda. Ya se había perdido una vez, pero la trajeron enseguida. Nunca había pasado tanto tiempo sin aparecer”, señaló en diálogo con Canal 12 Web. Su testimonio reflejó la angustia que crecía con el paso de los días.
La zona donde hallaron sin vida a la jubilada de 80 años había sido inspeccionada previamente, aunque las condiciones del clima complicaron el trabajo. Los equipos tuvieron que realizar recorridos adicionales cuando mejoró la visibilidad y se estabilizaron las ráfagas. Fue en esa instancia cuando lograron ubicar el cuerpo.
Si bien todavía resta el informe forense para determinar la causa final del fallecimiento, los investigadores consideran que la mujer pudo haberse desorientado, agotado o incluso sufrido un episodio de salud en medio del temporal. Todas estas posibilidades permanecen bajo análisis y serán confirmadas cuando se obtengan los resultados médicos.
El caso generó un fuerte impacto en Puerto Madryn. Organizaciones sociales, vecinos y familiares colaboraron en la búsqueda con difusión y apoyo logístico. La comunidad siguió día a día las novedades a través de redes sociales y medios locales. La noticia del hallazgo provocó muestras de dolor y acompañamiento hacia la familia, que había mantenido la esperanza hasta la última instancia.
El operativo concluyó tras la intervención de personal policial, equipos de rescate, drones y unidades especializadas en rastreos. Los investigadores destacaron el esfuerzo coordinado, aunque reconocieron que las condiciones climáticas fueron un obstáculo permanente. Puerto Madryn atravesó una semana marcada por vientos extremos, que superaron los 100 km/h en algunos sectores y dañaron infraestructura urbana.
Hallaron sin vida a la jubilada de 80 años y el caso sigue siendo analizado por las autoridades para determinar si existieron factores contribuyentes que puedan prevenirse en el futuro. La situación volvió a poner en debate la vulnerabilidad de adultos mayores que viven solos y enfrentan contextos climáticos adversos. También abrió discusiones sobre la necesidad de fortalecer redes comunitarias y dispositivos de respuesta rápida.
En las próximas horas, la justicia avanzará con la autopsia y las pericias complementarias, que permitirán cerrar el expediente con mayor claridad. Mientras tanto, la familia solicitó privacidad y agradeció el compromiso de quienes participaron en la búsqueda.
La comunidad espera los resultados que determinarán qué ocurrió exactamente durante los días en que la mujer estuvo desaparecida. El caso deja una enorme tristeza y una reflexión inevitable: los adultos mayores necesitan entornos más seguros, especialmente durante emergencias climáticas. La tragedia desnuda una realidad que requiere atención y políticas públicas sostenidas.

