Por Redacción 
Con reproches cruzados y sin acuerdos sólidos, el peronismo bonaerense encara un congreso partidario marcado por tensiones, dudas y maniobras de último minuto.
El Partido Justicialista bonaerense se encamina hacia su congreso del próximo sábado en medio de un clima interno tenso y fragmentado. Las diferencias entre los sectores que responden a Axel Kicillof, La Cámpora y el Frente Renovador dificultan el armado de un frente común de cara al cierre de alianzas para las legislativas.
Fuentes del entorno del gobernador admiten que “la unidad será forzada, casi un matrimonio por conveniencia”, mientras que desde el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) reconocen que la reciente reunión entre Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa fue “mala” y agravó la desconfianza.
El kirchnerismo no perdona la decisión del mandatario bonaerense de desdoblar las elecciones, medida que tensó la relación y continúa trabando cualquier intento de acuerdo duradero. En paralelo, las disputas por los lugares en las listas suman más presión.
En ese marco, ya circulan nombres para encabezar las candidaturas en distintas secciones electorales. En la Primera suenan Gabriel Katopodis y Federico Achával. En la Tercera, la pulseada está entre Verónica Magario (alineada con Kicillof) y Mayra Mendoza (referente camporista).
Mientras tanto, Máximo Kirchner se mantiene como armador y no sería candidato. Desde el MDF anticipan que llegarán al 9 de julio con una «segunda escudería» lista ante posibles rupturas, y evalúan usar apoderados cruzados como medida de control interno.
Con pocas certezas y mucha estrategia, el congreso podría terminar siendo más una puesta en escena que una solución política. La unidad, por ahora, es una necesidad electoral, no un consenso real.