El avance de la causa que involucra a un policía acusado en Junín marca un punto crítico para la seguridad local. La detención del agente no solo generó conmoción, sino también un debate urgente sobre el funcionamiento real de las fuerzas, especialmente cuando uno de sus miembros aparece vinculado a un hecho violento ejecutado con total impunidad durante la madrugada.
El episodio ocurrió en una vivienda ubicada en la calle Sarmiento, en pleno barrio Belgrano. Según la denuncia, dos personas encapuchadas irrumpieron por la parte trasera, forzaron una puerta, rompieron una reja y destrozaron un vidrio para ingresar al comedor. Todo sucedió mientras una familia descansaba, lo que agravó la tensión desde el primer minuto. Además, la irrupción fue sorpresiva, rápida y ejecutada con precisión, lo que despertó sospechas desde el inicio.
La dueña de casa descubrió a los intrusos y, en ese instante, uno de ellos exhibió un arma de fuego para cubrir la huida. Ambos escaparon saltando un tapial y dejando tras de sí daños materiales y un clima de miedo absoluto. Este detalle fue clave porque, según los investigadores, la forma de actuar era propia de personas con entrenamiento o conocimiento operativo.
A partir del hecho, la DDI Junín comenzó a trabajar sobre cámaras públicas y privadas. Esa tarea permitió reconstruir minuto a minuto la ruta de escape y, finalmente, identificar a uno de los sospechosos. El impacto fue inmediato: el hombre era un policía activo. De esa forma, el caso pasó de ser un intento de robo más a convertirse en un escándalo institucional que compromete a la fuerza provincial.
El policía acusado en Junín quedó en el centro de un operativo urgente. Con orden judicial, se allanó su vivienda y se secuestraron elementos que coincidirían con los usados durante la madrugada. Entre ellos aparecieron prendas oscuras similares a las vistas en video, guantes, dos celulares, dos handys, una linterna y una réplica de pistola calibre 9 mm. Además, se encontró un arma PSP Swiss Arms, que suma sospechas sobre su rol real en el hecho.
Los investigadores remarcan que el aporte de imágenes fue determinante. Sin el análisis detallado cuadro por cuadro, la identificación del acusado habría sido mucho más difícil. Sin embargo, también señalan que la participación de un miembro de la fuerza plantea un problema institucional más profundo. La confianza pública se erosiona con facilidad cuando quienes deberían garantizar seguridad terminan involucrados en delitos graves.
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El detenido permanece alojado en la DDI Junín por tentativa de robo agravado y será indagado por el fiscal Martín Laius. Las autoridades buscan establecer si actuó solo con un cómplice aún no identificado o si existió una red más amplia detrás del hecho. También se investiga si el acusado utilizó información privilegiada para planificar el ingreso, lo que agravaría su situación judicial.
Este caso replantea un escenario incómodo: la inseguridad no proviene solo de grupos delictivos organizados. En ocasiones, nace desde adentro del sistema. Por eso, la presencia de un policía acusado en Junín obliga a revisar protocolos, controles internos y supervisiones jerárquicas. La ciudadanía exige respuestas claras, rápidas y contundentes. Y la justicia, en consecuencia, debe avanzar con firmeza.
La familia afectada, según fuentes cercanas, continúa bajo seguimiento psicológico debido al nivel de estrés que generó la irrupción nocturna. La situación expone la vulnerabilidad de muchas viviendas que, aun en barrios tranquilos, quedan expuestas a ataques violentos sin previo aviso.
En paralelo, sectores de Junín piden explicaciones públicas sobre el rol del detenido dentro de la fuerza. También exigen que se aceleren los sumarios administrativos correspondientes. La investigación sigue en marcha y, con ella, crece la presión social por respuestas más amplias. Porque este caso no es solo un intento de robo: es una señal de alerta sobre los límites difusos entre protección y amenaza.
Mientras la causa avanza, la pregunta que más resuena es directa y dura: ¿qué ocurre cuando quien debe proteger a la comunidad decide vulnerarla?
El caso del policía acusado en Junín aún no tiene todas las respuestas, pero ya dejó una herida profunda en la confianza ciudadana.

