Por Natalia Ciliento 
La reciente elección de autoridades en la Cámara de Diputados Provincial ha marcado un hito en la realidad política del PJ puntano. Tras años de predominio en la toma de decisiones, se ha producido un cambio significativo que merece ser analizado con detenimiento.
Alberto Leyes fue elegido como presidente de la Cámara Baja. Por primera vez en mucho tiempo, un legislador del interior se sitúa en esa posicion legislativa. Este hecho, por sí solo, ya tendría implicacione estrategia a seguir cámara baja de la provincia.
La elección de Gabriela Mancilla, del bloque Cambia San Luis, como Vicepresidenta 1°, y de Ariel Farías, del bloque Trabajo por el Pueblo, como Vicepresidente 2°, evidencia un cambio en el equilibrio de poder. La propuesta de la oposición, encabezada por Verónica Causi, Fernanda Spinuzza y Javier Giménez, no logró el respaldo mayoritario, generando descontento entre sus filas.
La segunda votación por las autoridades de mesa representó una derrota aún más contundente para la oposición, cuyo resultado (28 a 14) refleja el apoyo recibido por el oficialismo, gracias incluso al respaldo de legisladores de Chacabuco. Este respaldo casi le otorga al oficialismo la mayoría calificada necesaria para aprobar los asuntos más trascendentes.
Los designados para ocupar cargos clave en la legislatura provincial también llaman la atención. José Victor Cabañez Lanza y José Gil como Secretario y Prosecretario Legislativo respectivamente, y María José Galetto y Daniel Valdez Pedernera como Secretaria y Prosecretario Administrativo, indican un cambio en la configuración de los roles de poder.
Es evidente que esta situación no pasó desapercibida para el gobernador, cuyo monitoreo activo de los acontecimientos sugiere un interés significativo en el resultado de esta elección.
El oficialismo, en su forma pura, no habría logrado este resultado sin el apoyo de nuevos aliados, lo que subraya la importancia de las alianzas políticas en el actual panorama.
Sin embargo, lo más destacable es la estrepitosa caída del PJ puntano, que evidencia una falta de unidad y visión de futuro. Muchos parecen haber optado por abandonar el barco antes de que se hunda, priorizando intereses personales sobre los legados y compromisos políticos. Esta fractura interna podría tener repercusiones importantes en el futuro político de la provincia.
En este contexto, es fundamental que los actores políticos reflexionen sobre el rumbo que están tomando y consideren el bienestar colectivo por encima de las disputas internas. Solo así podrán construir un futuro sólido y próspero para todos los habitantes de San Luis.
Natalia Ciliento
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